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Más de 15 tipos de arces y cientos de especies de árboles, arbustos y plantas dan forma a los espacios verdes de Finca Montesqueiro, en armonía con el edificio y diseñados en base a un concepto vivo, útil y cómodo. Un complejo juego de volúmenes, texturas y colores, aportados por las distintas especies vegetales allí presentes, entre las que destacan las camelias, los arces y un enorme magnolio, que conviven en armonía con el agua que tiene presencia en un estanque central y una preciosa cascada, crean un espacio amplio, enmarcado en el entorno y con las dimensiones apropiadas para que resulte acogedor en el desarrollo de cualquier tipo de evento.

De la mano de la empresa de jardinería Lindes Galicia S.L., conceptualizamos e hicimos realidad un proyecto de paisajismo que partía con las siguientes premisas:

  • Crear un espacio íntimo, pero que al mismo tiempo resulte amplio y permita a los usuarios disfrutar de las vistas.
  • Integrarse en el entorno, dando la sensación de continuidad con los jardines de las propiedades colindantes.
  • Crear profundidad, de forma que no se sepa hasta dónde llega el jardín, cuál es el límite.
  • Un espacio cómodo y útil que permita a los clientes pasear por toda la propiedad.
  • Integrar el edificio y el jardín de forma que funcionen como uno solo.
  • Respetar los metros cuadrados necesarios para los eventos.
  • Respetar las distintas zonas de convivencia: ceremonia civil, accesos, parking, terrazas…

El diseño final fue el resultado de adaptarse a cada especie, primero se buscaron los árboles y después el emplazamiento más apropiado en el jardín, en función de todas sus características y la previsión de su evolución de crecimiento, así como los cambios estacionales.

Entre todas las especies, el árbol más representativo, hasta el punto que le da nombre a nuestro jardín es el arce. Más de quince especies de arce, incluyendo especies sin clasificar, son las flores de nuestro jardín. Sus hojas, que cambian de tonalidad a lo largo de todo el año, van desde el ocre, al granate o el verde.

Contamos con un arce centenario, de características muy especiales y creemos que único en Europa. varios ejemplares de Arces palmatum disectum, japoneses, muy delicados y de crecimiento muy lento, así como arces multi-injerto con más de 20 injertos.

Durante la obra se detectó la necesidad de incluir agua dentro del jardín, se trataba de introducir el jardín en el edificio y viceversa, para ello se crearon la lámina de agua de la plaza central del jardín y la cascada. El objetivo de esta última era que pareciera natural, propia de la finca, de forma que era más importante su integración que el que pudiera resultar espectacular. La forma, el material utilizado, los caudales del agua y la vegetación se hicieron paso a paso in situ. Para lograr el resultado buscado fue necesaria la conjugación de los trabajos de fontanería, urbanismo y jardinería.

A la hora de configurar la zona de la ceremonia, los elementos determinantes fueron el césped y el telón de fondo. El césped debía ser tupido y resistente a las pisadas. El terreno sobre el que se plantó el césped se preparó con una suave caída, para formar un pequeño antiteatro. Además, está ubicado estrategicamente para que se pueda ver desde todo el jardín. Con repecto al fondo, la vegetación debía tupir, de forma que no se vieran los límites de la finca pero sin crear una barrera.

 

Una anécdota que recordamos con simpatía, fue el diseño del camino que lleva a los novios, desde la terraza hasta la zona de la ceremonia, para comprobar que el ancho del mismo era el adecuado, nuestro constructor y el responsable de la empresa de jardinería Lindes, se cogieron del gancho y simulando ser unos novios, hicieron todo el recorrido.

Otra de las zonas importantes a la hora de configurar el paisajismo fue la entrada a la finca, se buscaba impactar desde el inicio, que fuera un espacio representativo de lo que te ibas a encontrar, pero que no dejara ver el edificio, ni la finca inicialmente y se fuera descubriendo poco a poco a medida que ibas subiendo. El acceso se encuentra franqueado por el lado izquierdo por cuatro cedros que tapan la zona de la ceremonia y tupen la vista hacia el jardín. Y por el derecho por una hilera de Camelias, algunas ya existentes en la finca. Contamos con más de 500 Camelias, en su mayoría de más de 15 años y muchas con más de 3 metros de altura, estas recorren todo el cierre, colocadas en dos filas, ocultando la barrera acústica.

Al final del camino de acceso y presidiendo la entrada a la finca, se encuentra nuestro magnífico magnolio. Es nuestro árbol más emblemático, un ejemplar de más de 40 años y con aproximadamente 8 metros de altura. Ya estaba en la finca y se respetó su ubicación condicionando incluso la construcción del propio edificio.

También se respetó la ubicación original de la palmera más grande, que aunque inicialmente no encajaba en el diseño general del jardín, se mantuvo por tratarse de un árbol ejemplar.

Ya en la entrada principal, contamos con un Bonsai gigante que preside el acceso al edificio y el jardín. Es la guinda del proyecto, se compró una semana antes de la apertura. Creado en Japón hace más de 50 años, fue trasladado a Italia, después a Borrazás y finalmente se ha venido a nuestra finca.

Además de las especies citadas destacan el cebro, los alcornoques quercus de unos 8 metros de altura, muy difíciles de conseguir. Los cipreses, unos marcando el límite de la finca y otros colocado sde forma que ayudan al edificio a integrarse, Los helechos, totalmente infravalorados, los podemos encontrar en las fragas gallegas y aportan frescura, verdor y neturalidad al entorno. Podemos encontrar helechos en todo el jardín y también en la Terraza de los Helechos.

Y como guiño a la hostelería, siendo la gastronomía uno de nuestros pilares, por toda la finca se pueden encontrar escondidas por diferentes rincones, plantas aromáticas como la albahaca, el perejil o la menta.

Otro espacio al que también dimos mucha importancia es el parking exterior, en el que buscamos la continuación del jardín, tanto por el cierre, como por la celosía de césped que quita dureza a la zona y le aporta naturalidad.

En resumen, el proyecto de paisajismo se ha cuidado al máximo para lograr envolver a los clientes en un ambiente exótico, sin perder la sensación de amplitud de la finca. Todas las soluciones de jardinería y paisajismo, al igual que el edificio y el interiorismo, transmiten a la perfección los valores que queremos destacar en Finca Montesqueiro: calidad, diferenciación, carácter, innovación y sobre todo un exquisito cuidado por el detalle.